Nuestra vida puede ser muy demandante, con un trabajo estresante, horarios abusivos, obligaciones familiares, compromisos sociales y un largo etcétera que poco a poco nos van desgastando. Nuestro cuerpo es algo maravilloso con una capacidad de resistencia asombrosa y salvo que lo sometamos a un estrés insoportable va aguantando con resignación nuestra falta de atención y cuidados. La mente no suele prestarle atención, ella prefiere vivir en el pasado o en el futuro pensando en que llegue el fin de semana, las vacaciones, el mañana para poder parar y descansar; quizá porque ella misma tampoco es consciente de su propio sufrimiento, de su estrés.
Mientras tanto nuestro cuerpo y nuestra mente van tirando de reservas, quizá nos empecemos a dar cuenta de que por la noche no descansamos del todo bien, estamos más irascibles, tenemos menos paciencia, el pelo se cae más de lo normal, nos sale algún eccema en la piel, la espalda o el cuello están tensos y nos molestan, sufrimos de dolores de cabeza, estreñimiento, diarrea, nada alarmante, nada que una pastilla no pueda aliviar para seguir tirando. Porque así nos sentimos realmente, sentimos que vamos “tirando”.
Como decíamos en el primer post, la serie “¿qué eliges?” pretende ayudarnos a ir siendo poco a poco más conscientes en nuestro día a día tanto física, emocional como espiritualmente, y animarnos a elegir lo correcto. Hoy se trata de ser conscientes de nuestro cuerpo y de nuestra mente, de lo que necesitan, se trata de escuchar y de prestarles atención, de dedicarles tiempo, de dedicarnos tiempo. Para ello sé consciente de qué decisiones vas tomando en tu día a día que te alejan de la posibilidad de reponer fuerzas y ve corrigiéndolas con determinación, mientras incluyes poco a poco decisiones que te permitan dedicarte tiempo. Quizá decidas ir algunos días a yoga, o al gimnasio, salir a correr, comer bien, darte un masaje, disfrutar de una terapia energética, leer un libro, apuntarte a clases de cerámica, salir a pasear o cualquier actividad que creas que tu cuerpo y mente te piden para poder reponerse.
Photo by Roberto Nickson on Unsplash